San Antonio (I)

La palabra clave de hoy es realidad. Como podemos definirla? Es realmente una percepcion? Yo creo que hay algo mas. Es como observar detenidamente un arbol. Puedes ver el tronco, puedes ver las hojas, incluso puedes ver las raices, pero queda algo dificilmente alcanzable, la porcion indigerible de la existencia. Algo similar ocurre con la gente. Detras de las miradas, detras de los labios, detras incluso del deseo, hay un misterio intensamente seductor, una naturalidad plena y total que no puede ser descrita con palabras, aun mas alla de los sentidos. Un beso, sin embargo, te otorga un vistazo, un relampagueo de esa realidad. Todos los poetas lo saben. Es la musica de los dias.

Para ser hombre en 1975
hace falta no cagarse,
hay que mantener las anginas en su lugar,
desbocarse hacia el amor hasta sus ultimas calambrinas;
hay que romperse el hocico en las banquetas,
reganar a las estrellas en pleno dia,
jamas ser lo mismo que «buenas noches» o «el pan comido».

— Ricardo Castillo, «Almanaque»

P.D. Una disculpa anticipada, pero ninguno de mis posts de aqui tendra acentos ni la letra enye. Contra mi voluntad, por supuesto. Como que ahora me pongo a pensar, «chinga, debi haber estudiado en serio esos putos comandos de MS-DOS en la secundaria»…

Leyendo: La antipoesia de Nicanor Parra.

Poesía de Omar Khayyam

A Shelley.

El alba vuelca sus rosas en la copa del cielo… En el aire de cristal se desgrana el canto del último ruiseñor… El aroma del vino es más suave… ¡Y pensar que hay insensatos que en esta misma hora sueñan con riquezas y distinciones! ¡Qué sedosa es tu cabellera, amada mía!

Consagra, a las luces del alba, tu copa de vino, que semeja un tulipán de primavera; consagra, a la risa de una adolescente, tu copa de vino, que recuerda su boca. Bebe, y olvida que el puño del dolor se abatirá bien pronto sobre ti.

Ese vapor sutil que envuelve las rosas, ¿es una voluta de perfume o el débil amparo que les dejó la bruma? Tu cabellera, caída sobre tu rostro, ¿es la noche que tus miradas van a disipar? ¡Despierta, amada mía, el sol dora nuestras copas! ¡Bebamos!

Brisas de primavera acarician los pétalos de las rosas. En la sombra azul del jardín, besan también el rostro de mi amada. A pesar de la felicidad que tuvimos, no añoro el pasado. ¡Es tan honda la dulzura del presente!

Bien sabes que no tienes ningún poder sobre el destino, ¿por qué la incertidumbre del mañana motiva tu ansiedad? Si eres prudente, goza el momento que pasa; lo futuro, ¿qué encerrará?

Caeremos en la ruta del amor, y nos pisoteará el destino. ¡Oh, mi pequeñuela! ¡Oh, mi preciosa copa! Levántate, y dame tus labios, antes de que me convierta en polvo.

Omar Khayyam